Dos poemas de Enrique Medina Flórez


ENVÍO

Algún secreto negro se me quedó escondido
hace Siglos, entre las páginas de un libro. 
Y ahora picoteo  —angélico ratón de biblioteca—
de cada libro un poco, buscando mis secretos. 
Aborrezco de pronto bibliotecas y arañas
y busco entre las nubes o en los astros nocturnos 
mi sonrisa, mi llanto, mi poema perdido,
o en la faz misteriosa de una mujer que pasa. 
A veces me demoro en un rostro, en un libro,
leo algo más adentro y no encuentro mi huella,
ni en montones de símbolos ni severos blasones. 
Miro correr el agua de un predio campesino,
oigo la vocecita del amor que me llama, 
pero se va esfumando su recuerdo en el agua.


IV
Un abogado del país del Ganges.
Ejerce entre sus clientes desterrados
al África, su anglo-jurisprudencia 
en Oxford alcanzada. El alma grande de Gandhi
forja el instrumento para librar la India
del anillo de hierro de Britania: 
"Fuerza de la verdad y No violencia".

* * *
De: "El trópico del amor"
Selección de textos inéditos

César Vallejo - Poeta peruano

César Abraham Vallejo Mendoza
(Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892 - París, 15 de abril de 1938)

Poeta, narrador y periodista peruano considerado entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX. Fue, en opinión del crítico Thomas Merton, "el más grande poeta universal después de Dante", halago que no hace más que confirmar el enorme legado del poeta del "dolor humano", quien revolucionó la forma y el fondo de sentir y escribir poéticamente.

En Trujillo se asoció con la llamada “bohemia trujillana”, grupo de intelectuales que, más tarde, sería conocido como el Grupo Norte. Este grupo estuvo conformado por Antenor Orrego, José Eulogio Garrido, Alcides Spelucín, Juan Espejo Asturrizaga, entre otros. En Lima, Vallejo se vinculó con escritores e intelectuales como Abraham Valdelomar y su grupo Colónida, José Carlos Mariátegui, Luis Alberto Sánchez, Manuel González Prada, José María Eguren y Juan Parra del Riego.

En la capital publicó sus dos primeros poemarios: Los heraldos negros (1918), que reúne poesías que si bien en el aspecto formal son todavía de filiación modernista, constituyen a la vez el comienzo de la búsqueda de una diferenciación expresiva; y Trilce (1922), obra que significa ya la creación de un lenguaje poético muy personal, coincidiendo con la irrupción del vanguardismo a nivel mundial. En 1923 dio a la prensa su primera obra narrativa: Escalas melografiadas, colección de estampas y relatos, algunos ya vanguardistas. Ese mismo año partió hacia Europa, para no volver más a su patria. Hasta su muerte residió mayormente en París, con algunas breves estancias en Madrid y en otras ciudades europeas en las que estuvo de paso. Vivió del periodismo complementado con trabajos de traducción y docencia. En esta última etapa de su vida no publicó libros de poesía, aunque escribió una serie de poemas que serían publicados póstumamente.

Publicó en cambio, libros en prosa: la novela proletaria o indigenista El tungsteno (Madrid, 1931) y el libro de crónicas Rusia en 1931 (Madrid, 1931). Sus poemas póstumos fueron agrupados en dos poemarios: Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz, publicados en 1939 gracias al empeño de su viuda, Georgette Vallejo. La poesía reunida en dichos libros es de corte social, con esporádicas tomas de posición ideológicas profundamente humana. Para muchos críticos, los “Poemas humanos” constituyen lo mejor de su producción poética, que lo han hecho merecedor del calificativo de “poeta universal”.

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Tres noches con Roberto Bolaño

Roberto Bolaño Ávalos
(Santiago de Chile, 28 de abril de 1953 - Barcelona, 14 de julio de 2003)


Con su novela Los detectives salvajes ganó el Premio Rómulo Gallegos en 1999, y el Premio Herralde de Novela en 1998. Un año después de su muerte con 2666 ganó el Premio Salambó a la mejor novela escrita en español.
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Por: Carlos Castillo Quintero


No recuerdo si había llovido, quizá no, pero para mi en Tunja siempre llueve. Es una llovizna filosa que cae de lado y uno siente que se le lleva pedazos de piel. No molesta, por el contrario.


Con lluvia o no esa tarde la ciudad estaba triste, yo lo estaba. Entonces me lo encontré: no recuerdo su nombre, no recuerdo quién era, pero sí su aliento de borracho.


-Se murió Bolaño -dijo.


No entendí (o no me importó) de qué estaba hablando.


-Bolaño, el escritor -repitió.


Me deshice del ebrio como pude y fuí a un café internet. Sí, ese lunes 14 de julio de 2003, es decir tres días antes había muerto Roberto Bolaño.


Por entonces de Bolaño había leído algunos cuentos de Putas asesinas, libro que meses atrás un amigo me había prestado pero sólo por un par de horas.


-No se lo dejo porque lo estoy leyendo, porque no puedo. -Y enfatizó en el no puedo; ahora lo entiendo.


Pero lo que había que leer (eso decían todos) era su novela Los detectives salvajes. Yo, como en otras ocasiones, no hice caso y evité el libro. Leí poesía de Bolaño, más cuentos de Bolaño, las Llamadas telefónicas de Bolaño, algunos de sus perros románticos pero no el libro recomendado. Hasta esta semana...


Pero volvamos al café internet.


Sí, la noticia estaba por todo lado. Herralde habló, algunos de los amigos cercanos al escritor hablaron... y yo leí lo que decían y leí a Bolaño, y con la noticia me morí un poco. No porque se hubiera muerto Bolaño, sino por tener la certeza -otra vez- de que la vida es una mierda.




Cuando salí del café internet ya era de noche. Ahí mismo, en esa calle, en el sótano de ese edificio había un bar. Entré y seguí leyendo a Bolaño, es decir unos cuentos y unos poemas que bajé de la red, hojas que puse en mi mochila como si fueran un tesoro.


Unas horas después deambulaba por la Plaza de Bolívar y vi a uno que recordé de algún recital, o de una sesión de taller y fui hacia él.


-Se murió Bolaño -le dije.


El tipo me miró como si yo no estuviese ebrio, que lo estaba, sino como si fuera un loco peligroso y pueda que no le faltara razón.


-Bolaño, el escritor -repetí, pero para entonces el hombrecito era apenas una sombra que se escabullía por el Pasaje de Vargas. Lo seguí pero no llegué más allá de la primera tienda.


Me gusta ir allí porque la atiende su dueña, una señora de edad indefinida que se peina y se maquilla igualito a Gary Oldman, en el papel de Drácula de Coppola. Un día hice este comentario con Hugo Chaparro Valderrama que andaba por allí, en Tunja, y él quiso comprobar si era cierto y en el intermedio del taller en el que andábamos nos fuimos a ver a la señora, pero no estaba. ¡Qué lástima!, era la ocasión propicia para ver una versión de Drácula (interpretado por aquella gentil dama), cerca a esa fiel versión de Edgar Allan Poe que es Hugo Chaparro. No se puede tener todo en la vida, se sabe.


Allí, en la tienda de la Sra. Oldman, seguí bebiendo, fumando (por entonces fumaba y se podía) y leyendo a Bolaño, es decir repasando las 20 páginas impresas que ya empezaban a manifestar cansancio. No recuerdo qué paso después, las imágenes de aquella noche van y vienen caprichosas. Una voz dice: "Se murió Bolaño" y otra la corrije: "No, hombre, el que se murió fue Héctor Lavoe"...


Dejemos que esas voces lejanas sigan conversando y, mientras tanto, les hablo de mis tres últimas noches. Sí, las que corresponden al 22, 23 y 24 de febrero de 2010.



Hacía un par de semanas que el libro andaba por ahí, nuevecito, todavía en la bolsa de la librería. Incluso -con Rose- habíamos hablado de la carátula: buena foto, bien el tono de naranja, pero sobre todo ¡qué buen concepto gráfico!, por lo simple. Un punto para Anagrama y su Colección Compactos.


El lunes 21 amanecí muerto, igual que el personaje de Bram Stoker: era Nosferatu, el maldito, el no-muerto, la bestia, el vampiro... Y así anduve durante todo el día, durante toda la semana, excepto porque leí Los detectives salvajes, la novela de Bolaño que había evitado por una década.


Las primeras 137 páginas en compañía del poeta adolescente Juan García Madero, casi me hacen tirar el libro a la porra, pero no se me dio la gana... seguí leyendo por inercia. Escuchemos:


"No sé muy bien en qué consiste el realismo visceral. Tengo diecisiete años, me llamo... estoy en el primer semestre de la carrera de Derecho. Yo no quería estudiar Derecho sino Letras, pero mi tía insistió y al final acabé transigiendo. Soy huérfano. Seré abogado. Eso lo dije a mi tío y a mi tía y luego me encerré en mi habitación y lloré toda la noche".

Esa es la primera página y sigue así... en ese tono, con ese narrador ¡por Dios! hasta más allá de la página cien.  Ulises Lima y Arturo Belano (los personajes principales), nada, demasiado gaseosos, imprecisos. No así María Font y su padre, buenos aquí y mejores más adelante.


Pues bien, esas son las ventajas de estar muerto y No-muerto, aguanté al poetastro Madero y la segunda noche, la del 23, seguí leyendo...


Y el asunto fue a otro precio. La segunda parte de la novela está construida a partir de las voces de múltiples narradores. Se señala quién habla, se menciona un lugar, una fecha y Bolaño deja que fluya el poeta que lo acosa a todo instante y lo pone al servicio del narrador y coge al lector y hace lo que se le da la gana con él. Escuchemos:


"...Y luego Álvaro Damián se marchó y veinte días después vino mi hija a visitarme y me dijo papá, esto no debería decírtelo pero creo que es mejor que lo sepas. Y yo le dije: cuenta, cuenta, soy todo oídos. Y ella dijo: Álvaro Damián se pegó un balazo en la cabeza. Y yo dije: ¿y cómo ha podido Alvarito hacer semejante barbaridad? Y ella dijo: los negocios le iban muy mal, estaba arruinado, ya lo había perdido casi todo. Y yo dije: pero podía haberse venido al manicomio conmigo. Y mi hija se rió y dijo que las cosas no eran tan fáciles. Y cuando se marchó yo me puse a pensar en Álvaro Damián y en el Premio Laura Damián que se había acabado y en los locos de El Reposo en donde nadie tiene dónde reposar la cabeza y en el mes de abril, más que cruel desastroso, y entonces supe sin asomo de duda que todo iría de mal en peor." (pág. 302)


¡Qué maravilla!, incluida la alusión al verso de T.S. Eliot.

La tercera noche leí la última parte del libro, es decir la tercera: Los desiertos de Sonora en donde regresa como narrador el poetastro Juan García Madero, con la misma voz de antes pero para entonces (pág. 557) yo ya no era el mismo de las primeras páginas. Es decir, en este punto, Bolaño podía hacer con su novela (y conmigo) lo que le viniera en gana. Yo, lo único que tenía presente era que el libro se iba a terminar. ¿Qué haría después?

No lloré (la última vez fue con Soldados de Salamina, de Javier Cercas en donde Bolaño es personaje y en donde la estructura, lenguaje y titulación son una especie de homenaje de Cercas al chileno).

No lloré por una razón: había llorado durante todo ese lunes, las noches que siguieron, los días... el 22, 23 y 24 de febrero de 2010. Y bueno, me levanté de mi ataúd y escribí esto.

Derechos reservados
© Carlos Castillo Quintero

Para leer en vacaciones - Renata en la Revista Cambio



La edición de fin de año de la REVISTA CAMBIO dedica una proporción importante de sus páginas a la Literatura, en la sección "Para leer en vacaciones" que en esta ocasión está dedicada a escritores que hacen parte de alguno de los Talleres de RENATA de los 40 que funcionan en todo el país..

Es grato contarles que en la selección de 18 autores se incluyó a un autor perteneciente al Taller de narrativa "R.H. Moreno Durán" que funciona en la ciudad de Tunja,  es él Luis Antonio Rodríguez (Cuento: "La casa"), quien recientemente obtuvo el Premio CEAB para Libro de Cuentos (2009).

Así mismo a dos autores que pertenecen al Taller de cuento "Ciudad e Bogotá". Son ellos Giovanni Castaño (Cuento: "Autopsia") y Raúl Harper (Cuento: "Persecuciones").

Como director de estos dos talleres, es para mi muy satisfactorio este resultado. Felicitaciones a los autores.

Les invito a ver la Revista Cambio (Números 860 y 861, del 22 de dic. de 2009) y a disfrutar de los cuentos de los Renatos de este bello país.

De momento publico las páginas escaneadas en donde aparecen los cuentos, y el enlace en donde pueden leerlos.

LUIS ANTONIO RODRÍGUEZ - LA CASA

 



Para leer "La casa" on line vaya a:
http://www.cambio.com.co/culturacambio/860/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-6816147.html

GIOVANNI CASTAÑO - AUTOPSIA




Para leer "Autopsia" on line vaya a:
http://www.cambio.com.co/portadacambio/860/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-6815547.html


RAÚL HARPER - PERSECUCIONES



Para leer "Persecuciones" on line vaya a:
http://www.cambio.com.co/entretenimientocambio/860/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-6816218.html


¡Feliz año nuevo!

Ganadores Premios CEAB de Literatura 2009

El autor premiado: el segundo de izquierda a derecha.
Grupo RENATA Boyacá en sesión Auditorio Banco de la República


LUIS ANTONIO RODRGUEZ, integrante del Taller de Narrativa "R.H. Moreno Durán" - RENATA Boyacá, ganó el Premio de Cuento convocado por el CEAB en 2009, con el libro “UN RAMO DE FLORES PARA ROSALÍA Y OTROS RELATOS". El premio consiste en cinco millones de pesos y la publicación del libro. ¡Felicitaciones para este compañero de letras, y para los otros ganadores!

La noticia completa es la siguiente:

Tunja, 1 de diciembre de 2009. (PGB). Los jurados de los premios CEAB de Literatura 2009, entregaron los resultados de su análisis a los cuatro géneros de literatura que hicieron parte del Concurso CEAB 2009.

Luego de reunirse en el despacho del Secretario de Cultura y Turismo del Departamento, Ricardo Bautista Pamplona, junto con el director de Cultura de Boyacá, Maestro Juan Escobar Laverde, el gerente del Fondo Mixto de Cultura de Boyacá, Jorge Enrique Pinzón Mateus; la delegada de Control Interno de la Gobernación, Nidia Alexandra Guerrero Briceño; Coordinadora de Eventos Culturales Aminta Astrid Escobar y la Interventora del Convenio N° 0070 Gobernación – Fondo Mixto, Patricia Vergara Duarte, se procedió a dar lectura de las Actas de Jurados para cada uno de los géneros convocados a los Concursos de Literatura CEAB 2009 así:

-ENSAYO: Ganador por mayoría, la obra “ASPECTOS HISTÓRICOS DEL TEATRO EN BOYACÁ, con el seudónimo ORGÓN correspondiente al escritor boyacense Carlos Enrique Sánchez Sánchez. Jurados: Maestros, Gilberto Ávila Monguí, Néstor Espitia Ochoa y Hernán Estupiñán.

-CUENTO: Ganador por unanimidad, la obra “UN RAMO DE FLORES PARA ROSALÍA” y otros relatos, con el seudónimo JAQUES DE L’EAU, correspondiente al escritor boyacense Luís Antonio Rodríguez P. Jurados: Escritores, Enrique Medina Flórez, Magdalena Corradine Mora y el comunicador Juan Medina Roa.

-NOVELA: Ganador por mayoría, la obra “RELATO DE UN HOMBRE QUE PERDIÓ LA CABEZA” con el seudónimo MACKANDAL, correspondiente al escritor boyacense Juan Antonio Malaver Rodríguez. Jurados: Maestros Fernando Soto Aparicio, Amparo Osorio y Víctor Raúl Rojas Peña.

-POESÍA: Ganador por unanimidad, la obra “BASTIONES DE LA MEMORIA” con el seudónimo DEREK WALCOTT, del escritor boyacense Juan Antonio Malaver Rodríguez. Jurados: Escritores, Maria Cristina Alarcón Castañeda, Rómulo Augusto Mora Sáenz y Juan Manuel Ruiz. (Fin/Cb).

FUENTE: Oficina Asesora de Comunicaciones y Protocolo Gobernación de Boyacá

Ver:

Roberto Burgos Cantor, visita el Taller RENATA-Boyacá



La próxima (Y ÚLTIMA SESIÓN DEL TALLER POR ESTE AÑO) será una jornada doble y se contará con la presencia del Maestro ROBERTO BURGOS CANTOR, Escritor Asociado enviado por el Ministerio de Cultura. La Agenda es la siguiente:

Viernes 13 de noviembre 3:00 a 5:00 p.m
Conferencia abierta al público: "El oficio de Escritor"
Lugar: TEATRO FAUSTO - UPTC

Sábado 14 de noviembre
9:00 a.m - 1:00 p.m
Conversatorio y taller, (exclusivo grupo de talleristas RENATA 2009)
Lugar: Auditorio Claustro San Agustín, Biblioteca Alfonso Patiño Roselli
Banco de la República.
El Conversatorio está a cargo de JAVIER PÉREZ

NOTA: Es necesario aprovechar la visita del Maestro ROBERTO BURGOS, hoy por hoy, uno de los más representativos escritores colombianos.


Roberto Burgos Cantor nació en la ciudad de Cartagena en 1948. Estudió derecho y ciencias políticas y sociales en la Universidad Nacional de Colombia. Su primera publicación fue un cuento en la revista Letras Nacionales. En 1969 ganó el concurso nacional de cuento convocado por el periódico Pizarrón de la Pontificia Universidad Javeriana, del cual fueron jurados Helena Araújo de Albrecht, Policarpo Varón y Juan Gustavo Cobo Borda. En 1970 obtuvo el premio, también de cuento, Jorge Gaitán Durán de Cúcuta. Ha publicado: Lo amador (cuentos, 1980), El patio de los vientos perdidos (novela, 1984), De gozos y desvelos (cuentos, 1987), El vuelo de la paloma (novela, 1992), Pavana del ángel (novela, 1995), Quiero es cantar (cuentos, 1998), Juegos de niños (cuentos, 1999), Señas particulares (testimonio, 2001), La ceiba de la memoria (novela, 2007, premio José María Arguedas de Narrativa de Casa de las Américas 2009). Actualmente, escribe una columna semanal, ‘Baúl de Mago’, en el diario El Universal de Cartagena.








CERVANTES TV.ES
Vea una Entrevista que la TV española le hace a ROBERTO BURGOS CANTOR
Siga este enlace:
http://www.cervantestv.es/entrevistas/video_entrevista_roberto_burgos.htm

¿Cómo nace un texto? - JORGE LUIS BORGES

¿Cómo nace un texto?

Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento, el principio y el fin. En el caso de un poema, no: es una idea más general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es dado, y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder.

En el caso de un cuento, por ejemplo, bueno, yo conozco el principio, el punto de partida, conozco el fin, conozco la meta. Pero luego tengo que descubrir, mediante mis muy limitados medios, qué sucede entre el principio y el fin. Y luego hay otros problemas a resolver; por ejemplo, si conviene que el hecho sea contado en primera persona o en tercera persona. Luego, hay que buscar la época; ahora, en cuanto a mí "eso es una solución personal mía", creo que para mí lo más cómodo viene a ser la última década del siglo XIX. Elijo "si se trata de un cuento porteño", lugares de las orillas, digamos, de Palermo, digamos de Barracas, de Turdera. Y la fecha, digamos 1899, el año de mi nacimiento, por ejemplo. Porque ¿quién puede saber, exactamente, cómo hablaban aquellos orilleros muertos?: nadie. Es decir, que yo puedo proceder con comodidad. En cambio, si un escritor elige un tema contemporáneo, entonces ya el lector se convierte en un inspector y resuelve: "No, en tal barrio no se habla así, la gente de tal clase no usaría tal o cual expresión."

El escritor prevé todo esto y se siente trabado. En cambio, yo elijo una época un poco lejana, un lugar un poco lejano; y eso me da libertad, y ya puedo fantasear o falsificar, incluso. Puedo mentir sin que nadie se dé cuenta, y sobre todo, sin que yo mismo me dé cuenta, ya que es necesario que el escritor que escribe una fábula "por fantástica que sea" crea, por el momento, en la realidad de la fábula.

FIN